Es extraño. Estás en uno de esos momentos, cabizbaja, y entonces aparece esa persona que siempre había estado ante tus ojos, y pareces verla más que nunca. Te dice una palabra, dos, tres, y algo cambia. Se trastornan tus esquemas. Cambian los matices. Y los ojos con los que mirabas parecen captar algo, ese algo. Es extraño sí. Y el tiempo pasa rápido, no puedes dormir, tienes el corazón en un puño intentando escapar. Late tan rápido. Te despiertas, encuentras una razón por la que levantarte un poco antes. Sonríes. Sigues tan loca como siempre, él sigue tan loco como siempre. Y encuentras más razones por las que sonreír. Y tu mente procesa miles de momentos por los que reír. Futuro, siempre adelante. Y algo cambia.
Todo, siempre todo termina cambiando. La vida se ríe. Ya no son todo sonrisas, son preocupaciones. Ya no piensas en lo que será si no en lo que pudo ser. Y no, no es que sufras, simplemente no comprendes. Se te escapa de las manos.
Y lo que empezó como una nueva ilusión, un motivo más por que el que seguir sonriendo, acaba tan rápido y tan de imprevisto como empezó.
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